miércoles, 2 de noviembre de 2016

Memoria de los Fieles Difuntos

Cuando ofrecemos nuestra oración por los difuntos pedimos que brille para ellos la luz perpetua. Es nuestra manera de poner a las personas que ya no comparten nuestra vida diaria en la tierra cerca de la Gloria del Cielo Nada podemos hacer por nuestros medios para librarles de la oscuridad y de la muerte, pero todo lo podemos cuando rezamos por ellos y pedimos que sea el Señor quien les sacie de luz y de vida. El gran regalo que ofrecemos hoy a nuestros difuntos es la oración y la Misa, ofrecida por ellos a Dios con nuestro cariño, nuestra fe y nuestro recuerdo. El gran regalo que pedimos para nosotros mismos es el consuelo ante la profunda herida de la muerte de las personas que queremos, y la sabiduría para saber entender el valor de la vida y el significado de la muerte. Que el Amor de Dios llene de alegría a nuestros difuntos y que a nosotros nos ayude a caminar sin miedo a la vida y sin miedo a la muerte.

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