domingo, 18 de octubre de 2009

14-N: La celebración de la Confirmación

En el rito de este sacramento conviene considerar el signo de la unción y lo que la unción designa e imprime: el sello espiritual.La unción, en el simbolismo bíblico y antiguo, posee numerosas significaciones: el aceite es signo de abundancia y de alegría; purifica (unción antes y después del baño) y da agilidad (la unción de los atletas y de los luchadores); es signo de curación, pues suaviza las contusiones y las heridas y el ungido irradia belleza, santidad y fuerza.
Todas estas significaciones de la unción con aceite se encuentran en la vida sacramental. La unción antes del Bautismo con el óleo de los catecúmenos significa purificación y fortaleza; la unción de los enfermos expresa curación y el consuelo. La unción del santo crisma después del Bautismo, en la Confirmación y en la Ordenación, es el signo de una consagración. Por la Confirmación, los cristianos, es decir, los que son ungidos, participan más plenamente en la misión de Jesucristo y en la plenitud del Espíritu Santo que éste posee, a fin de que toda su vida desprenda "el buen olor de Cristo"
Por medio de esta unción, el confirmando recibe "la marca", el sello del Espíritu Santo. El sello es el símbolo de la persona. Cristo mismo se declara marcado con el sello de su Padre. El cristiano también está marcado con un sello: "Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones". Este sello del Espíritu Santo, marca la pertenencia total a Cristo, la puesta a su servicio para siempre.
Cuando la Confirmación se celebra separadamente del Bautismo, como es el caso en el rito romano, la liturgia del sacramento comienza con la renovación de las promesas del Bautismo y la profesión de fe de los confirmandos. Así aparece claramente que la Confirmación constituye una prolongación del Bautismo.
El obispo extiende las manos sobre todos los confirmandos, gesto que, desde el tiempo de los apóstoles, es el signo del don del Espíritu. Y el obispo invoca así la efusión del Espíritu: "Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo, a estos siervos tuyos y los libraste del pecado: escucha nuestra oración y envía sobre ellos el Espíritu Santo Paráclito; llénalos de espíritu de sabiduría y de inteligencia, de espíritu de consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad; y cólmalos del espíritu de tu santo temor. Por Jesucristo nuestro Señor"
Sigue el rito esencial del sacramento. En el rito latino, "el sacramento de la confirmación es conferido por la unción del santo crisma en la frente, hecha imponiendo la mano, y con estas palabras: "Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo".
El beso y el gesto de paz con el que concluye el rito del sacramento significa y manifiesta la comunión eclesial con el obispo y con todos los fieles.

miércoles, 14 de octubre de 2009

18 de Octubre: Domingo de las Misiones

Cada año se nos recuerda que miles de misioneros católicos están sembrando por todo el mundo una gran luz: la Palabra de Dios. La luz de la Palabra nos enseña, nos orienta, nos fortalece, nos hace crecer, y llena nuestros corazones con la gloria del amor de Dios. Muchos hermanos nuestros están por el mundo entero como focos de esta Luz. Hoy nos toca ayudarles, primero con nuestra oración, segundo con nuestro compromiso de encender un poco más la luz de Dios en nuestra vida, y tercero con nuestra cooperación material y económica. María, la Estrella de la Nueva Evangelización, nos ayudará a llenar este domingo de luz y de esperanza misionera.