sábado, 12 de abril de 2008

IV DOMINGO DE PASCUA: El Buen Pastor



Las vocaciones al sacerdocio ministerial y a la vida consagrada sólo florecen en un terreno espiritualmente bien cultivado. De hecho, las comunidades cristianas que viven intensamente la dimensión misionera del ministerio de la Iglesia nunca se cerrarán en sí mismas. La misión, como testimonio del amor divino, resulta especialmente eficaz cuando se comparte «para que el mundo crea» (cf. Jn 17, 21). El don de la vocación es un don que la Iglesia implora cada día al Espíritu Santo. Como en los comienzos, reunida en torno a la Virgen María, Reina de los Apóstoles, la comunidad eclesial aprende de ella a pedir al Señor que florezcan nuevos apóstoles que sepan vivir la fe y el amor necesarios para la misión.

(Mensaje del Papa para la Jornada de Oración por las Vocaciones)

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCION!

Estas imágenes de la parroquia nos recuerdan que Cristo Resucitado ha vuelto a llenarla un año más de vida, luz, alegría y color. Tenemos por delante 50 días para interiorizar estos dones de Nuestro Señor, y hacer que nuestra alma esté tan hermosa y adornada por Dios como nuestra parroquia.