domingo, 6 de noviembre de 2016

Lunes de la semana XXXII

EVdHOY: "Jesús les dijo: es inevitable que sucedan escándalos, pero ¡ay del que los provoca!". El escándalo del que advierte Jesús en tantas ocasiones no es el suceso público que llama la atención por su carácter sonado. Jesús se lamenta de los creyentes que, con su comportamiento contrario a la fe, obstaculizan la fe de los demás. Su mal ejemplo es como una piedra donde los demás tropiezan, y a esa piedra de tropiezo es a lo que se refiere Jesús. Un creyente tiene la responsabilidad grave de mostrar en su vida lo que cree, porque la fe y la vida nunca son privadas. El buen testimonio de un creyente moverá un corazón a la fe. El mal ejemplo de un creyente hará que otros corazones tropiecen y vacilen en su fe. Y este convertirse un creyente en piedra de escándalo que impacta en la fe de los demás, es lo que Jesús lamenta con todo su corazón. Pidamos a Dios ese sentido de responsabilidad, para cuidar no sólo de nuestra fe sino del testimonio de vida que damos con ella.

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