sábado, 12 de noviembre de 2016

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario

EVdHOY: "Jesús les dijo: ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. Cuando el Señor habla de tiempos de calamidades, crisis y sufrimientos inesperados no nos está revelando nada nuevo. Por experiencia sabemos que la vida no puede ser siempre un manso río navegable, que la historia no es el camino de rosas de la humanidad, y que nuestro mundo no es capaz de encontrar una paz libre de crisis y sufrimientos inesperados. No es ésa la novedad que Jesús nos quiere enseñar, sino otra inseparable de ella: su presencia permanente para salvarnos. Jesús nos enseña a perseverar en la confianza en El aunque la tempestad se desate en la vida, en la historia o en el mundo. Ni el más frágil cabello de nuestra vida perecerá para siempre si ponemos toda nuestra alma junto a la mano de Jesús, llena de Poder y de Amor. Pedimos hoy la gracia tan difícil de confiar siempre en la mano de Jesús, para que gracias a nuestra confianza Él pueda pilotar nuestra vida y llevarnos siempre a puerto seguro.

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