domingo, 19 de marzo de 2017

DOMINGO III DE CUARESMA



EVdHOY: “Jesús le dijo a la mujer samaritana: el que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del Agua que yo le daré nunca más tendrá sed”. Qué difícil es asegurar la solución permanente de todos nuestros problemas y la satisfacción segura de todas nuestras necesidades. El que bebe vuelve a tener sed, el que arregla un problema espera el siguiente, y el que consigue satisfacer un deseo volverá a sentir su necesidad. Sólo el don de Dios, el regalo del Amor de Jesús, el Agua Viva del Espíritu Santo puede instalarse en nuestros corazones para siempre. Sólo la presencia de Jesús en nosotros, que tenemos que reavivar en este tiempo de Cuaresma, nos puede asegurar algo para siempre. Hoy acompañamos a la mujer samaritana en su diálogo junto al pozo con Jesús, y nos atrevemos a abrir ante el Señor el pozo de nuestros deseos, necesidades e ilusiones. Esperando de El un Agua Viva que mata la sed para siempre recuperaremos la alegría de poseer el regalo de una Amor que nunca perderemos, y en el que nos podremos apoyar una y otra vez para conducir nuestros problemas y colmar nuestras verdaderas necesidades.