El 24 de diciembre, nada más conocer la importante fractura del esqueleto del tejado que había sufrido nuestra iglesia, procedimos a ponerle el cabestrillo que se puede ver en la foto. Las vigas de madera han soportado con esta ayuda (los tablones que las refuerzan como un cabestrillo) las difíciles situaciones que ha aguantado la iglesia en este mes. Las bóvedas, como se ve también en la foto, están intactas, gracias a Dios. Esta semana, además, han venido a ver la iglesia, y por supuesto el tejado, técnicos de obra y responsables de Patrimonio, para ir poniendo las bases de un arreglo adecuado. Aunque todos deseamos quitar el cabestrillo lo antes posible, damos gracias a Dios porque en este mes nos ha ayudado a avanzar en esta tarea de recuperar la iglesia, y desde luego con su gracia ha hecho posible que el refuerzo siga sosteniendo nuestro techo. Es lo mismo que hace la gracia de Dios en nuestra vida, pues va sujetando nuestras roturas y fracturas morales y espirituales con las "tiritas" de su misericordia. Es la Misericordia divina la que lleva nuestros corazones en cabestrillo en espera de que con nuestra conversión y nuestra fe nos arreglemos y nos pueda restaurar Dios de verdad. No es mala idea, aprender del tejado.
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