Las grietas dan la cara

Una parte importante de la obra de restauración de nuestra iglesia se refiere a las enormes grietas que hay en la cabecera. Todos hemos visto esas enormes fisuras que recorren en vertical el ábside de la iglesia en toda su altura. Para empezar a sellarlas y cerrarlas adecuadamente se ha procedido a quitar el enfoscado que las ocultaba en parte. Las grietas así salen a cara descubierta, y por cierto con bastante mala cara, como se ve en la foto. Más que grietas son fosas, que atraviesan el grosor completo del muro, de dentro hacia fuera. De nuevo, tenemos que dar gracias a Dios de que la iglesa se mantenga en pie. Una vez estudiadas las grietas, está previsto empezar a cerrarlas y consolidar el muro la semana que viene, una vez que se ha terminado ya de consolidar todos los rotos que había en los contrafuertes del muro exterior. Poco a poco, se ve la luz no al final de la grieta sino del túnel.