
Pedro y Pablo fueron llamados por Jesús para continuar su obra de anunciar el Reino de Dios. Ellos se entregaron hasta el final por este Reino, dando la vida por el Señor en Roma. Desde entonces, son los pilares que soportan la fe de millones de personas, que en medio de las alegrías y sufrimientos de esta vida encuentran en la fe en Jesucristo la Piedra sobre la cual sobrevivir y crecer. Damos gracias a Dios por estos apóstoles y recordamos muy especialmente hoy al sucesor de san Pedro, el Papa Francisco, a quien queremos y por quien rezamos.