EVdHOY: “Jesús les dijo: el que escucha estas palabras mías
y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa
sobre roca”. Los beneficios de tener una
casa bien cimentada saltan a la vista cuando sobrevienen las dificultades:
cuando cae la lluvia, se desbordaran los ríos, soplan los vientos… y las
dificultades de la vida descargan contra ella. Es entonces cuando se comprueba
que la casa tiembla, pero no se hunde. Por eso es tan importante poner suelo de
roca a nuestra vida, cosa que hacemos cuando escuchamos a Jesús y construimos
nuestra vida según su proyecto y sus palabras. Nuestros planes se pueden venir
abajo, como la arena, pero los proyectos de Dios salen adelante siempre,
incluso en medio de la debilidad y hasta de la ruina. Que cada día
empecemos la jornada escuchando a Dios en la oración, para poder encaminar
nuestros pasos con sus indicaciones, y para completar nuestros planes con su
proyecto.
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