El Cardenal Rouco Varela
escogió el día de Cristo Rey de 2013, clausura del Año de la Fe, como
fecha para una fiesta que será difícil olvidar. Muchos recuerdos vienen
ahora de ese solemne 24 de noviembre, cuando la iglesia se llenó de
robledanos llenos de emoción e ilusión por recuperar su iglesia,
convertida después de 4 años de trabajo duro en uno de los monumentos
más importantes y visitados de la Comunidad de Madrid. De entre todas
las emociones tenemos que destacar hoy la profunda gratitud a Dios y a
la Santísima Virgen por todos los milagros que, poco a poco, nos
llevaron a abrir nuestra iglesia. Que el recuerdo de esta obra despierte
en todos los robledanos un profundo agradecimiento a Dios, y una
invencible confianza en su poder para conseguir lo imposible.
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